Parasitos Los parásitos son aquellos organismos que obtienen sus nutrientes de uno o unos pocos individuos (huésped) a lo largo de su vida, provocándoles habitualmente un daño, pero sin causarles la muerte inmediata. Podemos considerar el parasitismo como una forma de depredación en la que el depredador es mucho mas pequeño que su presa. Al igual que en la depredación verdadera, los parásitos atacan preferentemente a los individuos más débiles. Pero se diferencia de ésta en la fuerte dependencia que el parásito tiene de su huésped, ya que este último, además de alimentarlo, le proporciona un ambiente adecuado donde vivir. Los seres vivos de cualquier comunidad natural soportan el ataque de centenares de especies parásitas, algunas de las cuales se limitan a un solo huésped, es decir, son específicas, en tanto que otras especies de parásitos pueden explotar un gran número de especies, como las garrapatas. El perjuicio provocado por un parásito no debe ser demasiado grave, porque producir la muerte o una gran debilidad de su huésped sería fatal también para él. En definitiva, al parásito le interesa que su víctima goce de buena salud. Podemos dividir a los parásitos en dos tipos: ectoparásitos y endoparásitos. • Ectoparásitos. Se fijan temporal o permanentemente en el exterior del huésped y penetran a través de su epidermis para extraer su sangre, si es un animal, o su savia, si es un vegetal. Por ejemplo: piojos, muérdago. • Endoparásitos. Pasan por lo menos una fase de su vida dentro del cuerpo del huésped. Entre ellos hay que destacar a el micro parásito, bacterias y virus, por la gran cantidad de enfermedades que producen. Por ejemplo: tenias, lombrices intestinales, esporozoos. Los endoparásitos son los seres vivos más específicamente adaptados a un ambiente determinado y muestran tendencias evolutivas muy claras: - Una simplificación de sus órganos y estructuras. Las tenias, por ejemplo, no tienen aparato digestivo y obtienen sus sustancias nutritivas absorbiendo los productos de la digestión de su huésped. - Una enorme fecundidad. El Ascaris lumbricoides pone millones de huevos a lo largo de su vida, unos 200.000 al día. - Desarrollan las distintas fases del ciclo vital en diferentes huéspedes. La triquina tiene su estado larvario en el hombre, siendo muy peligrosa, y en su fase adulta parasita al cerdo.
